¡Todas las compras van con regalo sorpresa!
Hola, quiero creer que algunos de los que llegan a esta tienda, me conocen.
¿Quién soy? Mi nombre es Sandra, en general me llaman Sandrita, y hoy por hoy, la mejor presentación, es confiarles que soy apenas una podadora inexperta que escribe. Capricorniana por donde se me mire, soy abogada de profesión y recientemente me liberé de obligaciones. Durante cuarenta y tres años ejercí la función judicial.
A mi madre le encantaría que no dejara de mencionarlo. La llenaba de orgullo. A ella le debo, al fin, no sólo ser quien soy, sino la inspiración para ir por más.
¿Y ahora qué? ¿Cómo te sentís? ¿Extrañás el trabajo?, son preguntas que se repiten, y es a través de la escritura,
del podcast, del hacer en mis patios y, ahora, de la ocurrencia de esta tienda, que creo dar respuesta a todas ellas.
Otra cosa que suelen preguntarme es por qué hago todo lo que hago en torno de mis libros, bolsitas de tela, tazas, señaladores, pegatinas, chocolates y muchas cosas más. Los detalles que amaba mi madre, para los que algunas personas utilizan una palabra que me resulta tan ajena como prejuiciosa: merchandising.
A ver de qué se trata esta palabra foránea:
1.Técnica comercial para establecer correcciones o nuevos desarrollos a un producto, una vez que se encuentra en el mercado.
2.Conjunto de productos publicitarios para promocionar un artista, un grupo, una marca, etc.
Pues no, lo mío no tiene que ver con una técnica publicitaria, más bien con una búsqueda.
Por eso, prefiero una palabra más acorde a mi naturaleza: inutilidades.
Y estas inutilidades las regalaba (cosa que seguiré haciendo), pero llegado a este punto, les confieso algo curioso, no fueron pocas las veces que me preguntaban por qué o sentían cierto apuro o sin decir ni pío, ponían cara de "qué me irá a pedir".
Es que en este mundo mercantilizado, muchas personas consideran que la belleza y la generosidad son inútiles.
De todas estas anécdotas, nació la idea de crear una tienda donde poner en valor los pequeños detalles, con la excusa de vender mis libros e inutilidades que hacen otras personas, a quienes tengo la suerte de tener en mi vida.
Como además de inutilidades, se trata de libros, me viene a la memoria esa joyita que es "Yo, una novela". Minae Mizumura, en un fragmento, que viene a cuento, dice así:
Mis inutilidades y libros reunidos en una tienda en línea, son un modo de celebrar que llegó al fin el tiempo de ponerme a escribir y de hacer realidad cada cosa que se me ocurre en torno a mi escritura.
Agradecida de todo lo que la escritura le da a mi vida, con un puñadito de gente que se alegra con cada ocurrencia mía y me anima, no descarto seguir proyectando y haciendo. Si algo necesita el mundo es belleza, buscar y encontrar con quién realizarla, se ha convertido en un dogma para mí.
No pretendo ganar dinero con la tienda, me ilusiona encontrar lectores genuinos, oyentes para el podcast y contribuir a que la rueda siga girando, para quienes sí viven de las inutilidades hermosas que encontrarán aquí.
Toda mi admiración y gratitud a la creatividad y manos mágicas de: Luz de Cuadernos de luz, Romi a veces, Mariana Otero ilustradora, Geraldine Schroeder, Erika Kuhn, Lorena de My dreams, Ale de Alinocuadernos, Pedro de Sticky pegatinas y todos los que creen que valor y precio son dos cosas bien distintas.